Permitidme que hoy haga de marido orgulloso.
Porque sé que ella no va a decir nada. Siempre tan discreta, en un segundo plano y sin querer protagonismo. De hecho, probablemente me mate cuando vea esta publicación. Bueno, casi mejor los dibujo (a ver si así le da menos vergüenza y quizá me caiga menos bronca). Ayer, nuestro querido Barrio La Jota les rindió homenaje por una vida entera de dedicación a los vecinos. Más de 40 años de servicio y atención, que en realidad son 54 años ininterrumpidos de peluquería en el barrio: primero su padre, hasta que lo prejubilaron, y después ella, tomando el relevo sin faltar ni un solo día. Emocionada siempre por los logros de los demás, celebrando los éxitos ajenos... ayer el aplauso fue para ella.
Te lo merecés, Marta. En casa estamos orgullosísimos y te queremos una barbaridad 